OBSERVATORIO ON-LINE DE ANÁLISIS CRÍTICO PARA UNA LECTURA HOLÍSTICA DE LA REALIDAD

HILVANANDO ANDARES PARA ABRIR CAMINOS

jueves, 6 de mayo de 2010

Breve Crónica a cuatro años de los sucesos en San Salvador Atenco



Cuatro años han pasado ya desde que el Estado mexicano desencadenó la violencia en las tierras que se encuentran a la orilla del antiguo lago de Texcoco. Los medios de comunicación fueron artífices de la campaña en contra de la defensa legítima de los campesinos afectados por el conflicto: hicieron a un lado el origen del conflicto y centraron su perorata en la aparente necesidad de un operativo represivo que acallara y controlara a los inconformes. Aquel miércoles muchas cosas pasaban simultáneamente: el mítin de la Otra Campaña en la Plaza de las Tres Culturas, la pelea frontal en la carretera a Texcoco, específicamente en el tramo cercano a San Salvador Atenco, el llamado a la solidaridad para frenar la represión y para evitar que se profundizara más en las agresiones, los preparativos para un operativo con las características contrainsurgentes de tierra arrasada.Hoy, bajo un sol similar, pero con otras vivencias a cuestas, la situación es particularmente delicada: la coyuntura se define a partir de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación atrae el caso de los presos políticos de Atenco, los 12 que aún continúan como rehenes; esta acción pone en el mapa la posibilidad de que se haga justicia realmente y sean liberados de un a vez por todas, permite pensar en que existe una posibilidad real para obtener la libertad que les corresponde y que esto sea también una bocanada de aliento para el resto de personas que permanecen encerradas por ser luchadores sociales que han alzado su voz contra el Estado. No se trata de depositar toda la confianza en un poder judicial que otras veces ha actuado en contra de toda lógica legal pero sí es momento de presionar y de agotar todas las posibilidades legales que aún existen.

La jornada de conmemoración a cuatro años de los sucesos contra el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) comenzó con una misa celebrada por el obispo Raúl Vera, misa emotiva y llena de reflexiones acerca de la necesidad de fortalecer la conciencia política que nos ayude a luchar hasta conseguir las victorias necesarias; en la plaza principal de Atenco era posible observar la concentración alrededor del auditorio y en menor medida de la casa ejidal, aproximadamente doscientas personas constituíamos este grupo, sin embargo a lo largo de la tarde muchas personas, supongo habitantes del mismo pueblo y tal vez de otros cercanos, se acercaban y escuchaban, primero la eucaristía y luego el resto de las actividades programadas.

Al término de la eucaristía se preparó una conferencia de prensa dentro de la casa ejidal, participarían familiares de algunos presos, los abogados Sandino y Leonel, algunos integrantes del FPDT entre quienes se encontraba doña Trini, columna indoblegable, y por supuesto el obispo Raúl Vera. No duró mucho la conferencia, los medios de comunicación se apostaron por enfrente de lo asistentes, abajo, en la plaza se percibía el olor de los primeros platos de comida que se servían a quienes esperaban bajo el calor seco una tierra asolada por la ambición del poder; ser recibió una llamada desde el penal de Molino de Flores: los nueve presos de este penal manifestaban, a través de la voz de uno, su disposición a continuar luchando y resistiendo, la claridad que se había generado a través de varios años de convivencia, pero también manifestaron su alegría por la liberación de Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio, indígenas otomíes acusadas de secuestrar a agentes de la extinta AFI. Todo esto en una llamada de escasos 12 minutos.

La segunda parte de la conferencia estuvo marcada por lo que, en voz de los abogados de los presos del penal de máxima seguridad del Altiplano, significa una clara manifestación de arrogancia: a finales de la semana pasada se les notificó a los tres compañeros recluidos en este infierno penitenciario que se habían librado otras 9 órdenes de aprehensión, y por si este absurdo no fuera suficiente se les aclara que se trata de delitos cometidos en 1983…en fin, no hace falta mucho para darse cuenta de dos cosas, primero que por lo menos uno de ellos, Héctor Galindo tendría a la zazón, alrededor de 7 años aproximadamente, y segundo, que inclusive si existieran estos delitos éstos ya habrían prescrito. La lectura política es contundente por parte de loas abogados y por parte del FPDT, se trata de una amenaza, de una manera de atemorizar a los compañeros y sobre todo de mandar un mensaje de supremacía a, valga la redundancia, la Suprema Corte de Justicia de la Nación.



Luego de este punto se dio la palabra al obispo Raúl Vera, quien resaltó una vez más lo dicho durante la homilía, la violencia del Estado contra el pueblo sólo tiene como consecuencia descontento e inconformidad, es semilla de violencia y de injusticia; afirmó también que lo que se espera de esta coyuntura es la demostración de que todavía queda algún resabio de justicia en este país, y que la liberación de los presos políticos de Atenco era sin duda una obligación de los magistrados en un país que ha perdido el rumbo y se debate entre la violencia y la pobreza.

Se prepara la siguiente parte del acto político-cultural, se preparan los micrófonos en el escenario donde resalta desde hace mucho tiempo un Zapata de mirada serena pero firme, los recuerdos, que están conservados en videos y documentales, acerca de otros tiempos en que Fox tuvo que cancelar su proyecto de aeropuerto y años después el trago amargo de la entrada de las fuerzas policiales para golpear y arrasar con todo lo que se movieran; dos momentos de adrenalina en un mismo escenario que hoy se prepara para recibir las voces de muchos invitados y en este momento las voces en carta de dos de los compañeros del FPDT que se encuentran en el penal de máxima seguridad del Altiplano…

En la voz de doña Trini suenan las palabras de Ignacio del Valle, Nacho, palabras de alguien que se encuentra en condiciones que no alcanzamos a imaginar todos, aunque algunos, desafortunadamente ya conozcan; Nacho mantiene su postura poítica de defensa de los recursos naturales y contra las políticas del Estado para hacer uso de estos recursos de manera ilegal, políticas que encarnan en funcionarios que “se han adueñado no sólo del fruto del trabajo del pueblo trabajador sino de los recursos naturales que no les importa el deterioro que dejan en el ambiente mirando únicamente el aumento en sus ganancias. Empobreciendo y dando cause a las más terribles aberraciones sociales, alcoholismo, prostitución, indigencia, pandillerismo, desempleo, migración, analfabetismo, inseguridad entre tantas otras de represión y muerte, pues no les interesa pasar por encima de lo que es necesario y esta amarga experiencia nos la da la historia y no la debemos olvidar pues en carne propia ya la experimentamos”.[1]

Continúan las reflexiones de Nacho, la gente que asiste escucha atentamente, algunos terminan de comer la delicia que nos preparó el FPDT, otros toman un raspado para refrescarse y mientras tanto vuelve una sentencia que parece ser el resultado de muchas horas de reflexión conciente: “Que nuestra memoria de lo acontecido, no se quede en tan sólo un acto pasivo y de contemplación, o en un homenaje de dolor y de tristeza: al contrario nos coloque en el camino de lucha y unidad, de evaluación y reflexión crítica y sobre todo de participación”.

Por su parte Felipe Álvarez corta el silencio provocado por el cambio de micrófono con una reflexión en el mismo sentido que Nacho, como si se hubieran puesto de acuerdo: “Estamos orgullosos de haber defendido lo que nos corresponde y de apoyar a nuestros hermanos que más lo necesitan, pero es más orgulloso saber que siguen firmes buscando la brecha que nos saque de la opresión del mal sistema que cautiva nuestro derecho y la libertad que nos dieron nuestros antepasados a coste de su vida”.

Vida e historia están íntimamente ligadas en la lucha política por una vida mejor, en la búsqueda de la libertad, en la profunda necesidad de dejar de ser rehenes del Estado mexicano y continuar en el fortalecimiento de las acciones en consecuencia para que no exista un preso político más: “sólo les pido que tengan en cuenta que el objetivo no es sólo Atenco, el objetivo son todos los compañeros del país que se encuentran privados de su libertad por defender sus derechos”.

Y en esta tonalidad continua hasta la noche este acto de memoria y de demostración de firmeza, muchos otros participarán con música y teatro, con consignas y con ánimo, muchos dormirán en la casa ejidal esperando que llegue la mañana del 4 de mayo para comenzar temprano con una ofrenda floral por los caídos y luego para iniciar la marcha rumbo a la ciudad de México y continuar con los actos de protesta…

Por: Comité Unidad y acción por la Libertad de los presos políticos de Atenco
contacto: porlospresosdeatenco@gmail.com
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[1] Estos fragmentos están tomados de las cartas que mandaron Ignacio del Valle y Felipe Álvarez para este día. En caso de no ser así se indicará la referencia.

miércoles, 8 de julio de 2009

La Policía Comunitaria: una alternativa de justicia social en el marco de la autonomía indígena



Por Gisela Delgadillo Guevara



Integrada actualmente por pueblos tlapanecos, mixtecos, nahuas y mestizos, la Policía Comunitaria (PC) se presenta como un proceso de grandes dimensiones no sólo por haberse gestado al interior de un estado que históricamente vive y sobrevive en la pobreza, sino también por que ha conseguido mostrar a la sociedad otra forma de hacer justicia, alejada del código penal y de los conceptos apócrifos de la justicia moderna.

La problemática de inseguridad que se vivía en la región donde los asaltos, los abusos sexuales, los asesinatos y concretamente, la violación de una niña de cinco años, fueron los hechos que llevaron a las organizaciones sociales y a la iglesia local a convocar a las asambleas que el día 15 de octubre de 1995 darían pauta a la formación de la PC, seguida en 1998 por la creación de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) encargada de impartir la justicia comunitaria.

Actualmente el territorio comunitario que comprende una parte de las regiones de la Montaña y la Costa Chica, se reconoce como el más seguro de Guerrero. Allí la disminución de la delincuencia ha sido de un noventa y cuatro por ciento lo que da cuenta, no sólo de la efectividad en la labor de la CRAC-PC sino también de la profundidad de un proceso donde la organización horizontal y la participación colectiva han conducido a ambas regiones al ejercicio de su autonomía y libre determinación.

Los logros sumados a este proceso son notables y aunque la delincuencia es conciderada como un poblema latente en el territorio comunitario, el control que la CRAC-PC tiene sobre ésta es reconocible, aunque este logro también vaya acompañado por el hostigamiento del Estado que incómodo por la organización comunitaria busca golpearla lanzando señales de advertencia a sus integrantes con órdenes de aprehensión.


Los partidos políticos compartiendo este esfuerzo por debilitar la organización, en su disputa por las candidaturas dejan divididas a las comunidades haciendo de las promesas de campaña instrumentos de control político sobre la gente, cuya condición de pobreza la hacen más vulnerable ante esta practica, que como objetivo principal no necesariamente busca acumular los votos que le permitan darle realidad a esas promesas.

¿Qué se aporta al movimiento nacional?

Para Valentín, asesor jurídico de la organización, la aportación de la CRAC-PC al movimiento nacional es la recuperación de la discusión de los problemas comunes y la búsqueda de soluciones colectivas, señalando que es justamente el ejercicio de la asamblea y del diálogo lo que les ha servido para crecer como organización: “Así haya una asamblea de todo el día, no se sale hasta que se logra un acuerdo”.

La organización -asegura- es algo que todos deberían hacer, con la finalidad de unir luchas y abrir espacios para el acercamiento y así lograr la identificación de esos procesos comunes que además de brindar fortaleza también sirven como mecanismos de autodefensa.

“Muchos de nosotros que estamos al frente de la organización tenemos ordenes de aprensión; por lo mismo necesitamos a esos aliados desde fuera para tener mecanismos de denuncia y de difusión; y también para buscar el apoyo que no tenemos”.

“La justicia comunitaria tiene principios”

La implementación de un nuevo sistema de impartición de justicia basado en la reeducación es uno de los logros más reconocibles de la organización, que a través la CRAC imparte justicia comunitaria basada en un reglamento interno que respeta los usos y costumbres de los pueblos.

Se habla de una “justicia pública y colectiva” donde no es una persona con título de juez quien decide y pasa por encima del derecho a la libertad. Por el contrario la impartición de justicia trae consigo "las miradas de toda la comunidad" que en conjunto participa activamente en la toma de decisiones y en la reeducación de los faltantes.

“Se investiga antes de procesar, se concilia antes de dictar sentencia y se reeduca antes de castigar, sin hacer distinción de sexo, edad, religión o grupo social”.

Éstos son los principios básicos en la impartición de la justicia, basados en criterios más humanos y fundamentales que parten de ver a los faltantes no como delincuentes sino como compañeros de la misma comunidad; por lo mismo, la impartición de justicia no hace uso del aislamiento indefinido del sujeto y sustituye esta práctica con el trabajo comunitario y pláticas que lleven al individuo a reflexionar sobre su falta, aceptarla y finalmente reintegrarse a la comunidad.

“Este es un proceso de carácter comunitario que rebasa por mucho el objetivo original”

Actualmente la CRAC-PC “se asume como un proyecto integral que va más allá de la policía comunitaria”, que busca la autoorganización de los pueblos y su partición en temas de educación, salud, comunicación y comercio regional, siendo éstos lo que repercuten significativamente en las comunidades donde la deficiente infraestructura no da para atender las demandas de los pueblos.

La salud lejos de ser un derecho social que debiera garantizar el Estado se convierte en una opción más dentro del abanico de posibilidades del presupuesto del gobierno federal, quien opta por impulsar programas estilo "Oportunidades" que lo único que garantizan son visistas periódicas de médicos a las comunidades encargados de vacunar a los niños, atender las enfermedades inmediatas y de “surtir” los dispensarios de medicinas que por falta de conocimiento para su aplicación se quedan sin ser utilizadas.


Como consecuencia, enfermedades comunes se convierten en casos graves que para su tratamiento exigen traslados de por lo menos cuatro horas, por caminos sumamente irregulares que en época de lluvias se ven muy afectados.

En materia educativa la problemática se traduce en una educación deficiente enmarcada por la falta de escuelas, maestros y concretamente por la falta de interés de un gobierno que insiste en mantener sumergido al país en una política educativa restrictiva que pone contra la pared a las comunidades indígenas que nos les queda más que aceptar que la educación destinada para ellas no garantice siquiera el acceso al nivel secundaria.

La agricultura como principal actividad económica se encuentra en el centro de una crisis agrícola acompañada por los cambios climáticos, las malas cosechas y la escases de recursos para sacarlas adelante, agravados con el abandono del gobierno que opta por voltear la cara a las políticas públicas y simular una "lucha contra la pobreza" con programas cuyo aporte se limita a los "apoyos económicos" que funcionan más como adormecedores para mitigar la situación de extrema pobreza en la que viven las comunidades.

La tensión social en torno a la organización se hace presente con los intententos del gobierno por enmarcar a la CRAC-PC dentro de su legalidad, mismos que lo han llevado a proponer la adhesión de la organización, a la policía municipal del estado, ofertando puestos a sus dirigentes con miras a una incorporación que permita el control de la misma.



Actualmente la CRAC-PC se mantiene como una organización fuerte e incluyente guiada por la pluralidad de un proceso gestado desde los pueblos indígenas y mestizos, que se han organizado para tomar en sus manos la justicia que décadas atrás se perdió entre las estructuras debilitadas de un sistema construido sobre vestigios en ruinas heredados de la Colonia, que deja hasta nuestros tiempos ese entusiasmo por continuar el exterminio del pasado.




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